Ejecutar en la práctica una acción educativa necesita planificación, ya que un buen diseño augura una acción educativa efectiva. Para ello son necesarios seis pasos.
Redactar un manifiesto supone la obligación de reflexionar sobre lo que estamos haciendo. Pocos son los docentes o investigadores que redactan y publican sus proposiciones, porque requieren de reflexión.
Cualquier educador ha de redactar uno o varios manifiestos, siendo el más importante el que escribe para sí mismo.
La misma importancia tiene encuadrar que consiste en investigar, reflexionar, redactar y orientar la actividad teniendo en cuenta los elementos ajenos que la componen. Destaca la pedagogía liberadora al entender que los contextos ajenos son importantes para la enseñanza.
Es cierto que con la práctica y el tiempo cada educador descubrirá sus contextos, los lugares ajenos que le interesan y en los que quiere profundizar. Destacan tres lugares: temporal, espacial y humano.
La actividad docente se reduce a diseñar objetivos, dando lugar a una pedagogía tóxica, ya que los estudiantes acaban por tener un solo objetivo: aprobar. Lo que se convierte en querer llegar a cumplir los objetivos de una manera exacta, perfecta, y esto es imposible porque cada estudiante interpretará el objetivo de forma diferente. Deberíamos basarnos en un diseño curricular basado en metas, no en objetivos.
Además, para introducir los contenidos al curriculum-placenta, este debe ser reflexivo, vital, autoseleccionado y profesional. Debemos trabajar con una funcionalidad que podamos ajustar a la realidad y con ellos se debe usar una cultura visual, que actualmente ya empieza a formar parte de los contenidos habituales de la educación artística.
Existe un fenómeno de confusión entre realidad e hiperrealidad especialmente agudo y preocupante en la infancia, ya que el tiempo que pasan viendo la televisión hace que muchos niños crean que algunos personajes son reales. Es por ello que debemos utilizar una didáctica de la hiperrealidad.
También se deben tener en cuenta unos procesos o una metodología para que llegue a los estudiantes la información adecuada para elaborar su propio conocimiento.
Esta información debe ser transmitida por el profesor de forma horizontal, es decir, con la participación de los alumnos de forma democrática, teniendo como objetivo el aprendizaje y no la memorización y evaluando ese aprendizaje de forma cualitativa teniendo en cuenta el proceso de aprendizaje y no los resultados. En este tipo de metodología se debe hacer uso de la innovación, con el uso de las nuevas tecnologías y fomenta el trabajo en grupo.
Por último, la evaluación no debería de ser un proceso que fuese en una sola dirección. El profesor también debe ser evaluado.
El verdadero objetivo de la evaluación es la comprobación de la eficacia de los resultados para llevar a cabo los necesarios en el aprendizaje. Encontramos dos grandes filosofías relacionadas con la evaluación: La evaluación centrada en el aprendizaje y la evaluación centrada en el rendimiento. En una educación artística actual, los procesos evaluativos de los estudiantes sobre el profesor deberían de ser una dirección básica.
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